viernes, 25 de mayo de 2012

TEMA Nº 25 APRECIACIÓN Y CREACIÓN LITERARIA CREACIÓN LITERARIA


TEMA Nº 25
APRECIACIÓN Y CREACIÓN LITERARIA
CREACIÓN LITERARIA
Indicador de logro: ‐ Socializa textos escritos.
‐Produce poemas sencillos y monografías.

Concepto de literatura
La literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra. Por extensión, se refiere también al conjunto de producciones literarias de una nación, de una época o de un género (la literatura griega, la literatura del siglo XVIII, la literatura fantástica, etc) y al conjunto de obras que versan sobre un arte o una ciencia (literatura médica, literatura jurídica, etc). Es estudiada por la teoría literaria.[1]

Literatura oral
La literatura oral está constituida por los romances, tradiciones, leyendas, mitos, canciones que se transmiten de padres a hijos. Es una literatura popular, generalmente de carácter anónimo y es además tradicional, es decir: que el pueblo la hace suya y olvida su autor, la somete a reelaboraciones y modificaciones. En ocasiones, un autor individual toma una obra tradicional y la escribe; esta persona se llama recopilador.

También hay muchas manifestaciones de la literatura escrita que se hacen tan famosas, que la gente las aprende y las cuenta en forma oral.

La trayectoria oral de la literatura vasca siempre ha desempeñado un papel protagónico dentro del legado cultural de nuestra historia. Hasta el siglo XVI, cuando Etxepare escribe el primer libro en lengua vasca, no encontramos otra prueba de literatura escrita.

La literatura oral siempre tuvo un carácter popular, surgida del pueblo y para el pueblo, se erigía sobre una base festiva y folclórica.

En ella la improvisación y el canto eran esenciales; en ocasiones fue utilizada con fines pedagógicos, de ahí que muchos refranes y baladas desempeñaran esta función en la sociedad.

Componentes Socioculturales y Literarios en la Literatura Oral

La literatura oral se construye a partir de unos sólidos referentes socioculturales y literarios. Entre los primeros podemos identificar varios elementos, que desempeñan una importante labor para que podamos comprender la estructura que rige a las diferentes manifestaciones orales.

Dentro del entorno sociocultural debemos prestar especial atención a los siguientes:

Autor.
Tradición.
Oyente.
Memoria excepcional.

El autor de la literatura oral quiere expresar la conciencia del pueblo. Para ello, elige temas que están relacionados con el entorno de la sociedad del momento: diferencias entre familias, burlas sobre algún conocido, la figura del jefe o patrono... Para conseguirlo se vale de un ritmo y una métrica determinados por la misma tradición.

Por otro lado, el oyente no puede ser considerado como un mero espectador, ya que gracias a su memoria excepcional transmite esta tradición de generación en generación.

Respecto a las características literarias hay que mencionar varios elementos:

Por ser una literatura que nace de la improvisación, las ideas e imágenes, como recursos cercanos a las figuras del pensamiento, son aprovechadas por el autor gracias al sentido figurado que ofrecen las palabras y a la velocidad que les impone el mismo contexto.
El autor está sujeto a ciertos artificios rítmicos: punto, ritmo, canto, expresión...

La literatura oral se vale de aquellos recursos estilísticos relacionados con el nivel fónico del lenguaje: repetición, onomatopeya, estilización, elipsis...
El autor busca crear distintas sensaciones, bien de musicalidad, bien de evocación de imágenes; con ello busca transmitir sentimientos comparables a los que se perciben a través de la música.[2]

Literatura escrita
Conserva de la literatura oral o de la oralidad algunos de sus rasgos, como por ejemplo, el habla coloquial y sus expresiones, los excursos o digresiones.
Su origen está ligado a la aparición o invención de la escritura, el inicio de los primeros signos de escritura (jeroglíficos, símbolos ideográficos, etc.); transmitían información; pero, estaban desprovistos de contenido lingüístico directo. Posteriormente los fenicios crean un alfabeto que da origen al alfabeto arameo y al griego, y posteriormente al alfabeto latino, de los que proviene nuestra lengua española. Aunque la escritura se desarrolló como un medio para establecer relaciones de comercio, para fijar contratos y leyes, a partir de los griegos se desarrolla la literatura como tal desde la epopeya y otros tipos de composiciones escritas en verso rimado, estas seguían manteniendo relaciones con la oralidad pues eran recitadas en lugares públicos, estimadas en foros, se las relacionaba con la elocuencia y la retórica
Con los griegos igualmente aparece el arte dramático: la tragedia y la comedia eran representadas en los teatros públicos y existían autores dedicados exclusivamente a la escritura dramática: Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, entre otros.
A los griegos también les interesó muchísimo el desarrollo del pensamiento, los representantes indiscutibles del pensamiento y del debate de ideas filosóficas son Platón y Aristóteles.
La literatura escrita comienza por presentarse como una forma híbrida en la que la historia, la mitografía, la poesía, el drama, la oratoria, e incluso la didáctica se combinaban en las obras.
Con la literatura escrita nace la noción de autor o autoría. También cambia la noción de escucha o receptor directo, ahora surge propiamente la noción de lector.
También su origen se vincula con la conservación de la memoria de los pueblos cuando a estos se les hace imposible recurrir a la oralidad para asegurar la transmisión de sus costumbres y tradiciones.
Su cultivo y difusión dependerá del acceso de los pueblos a la lengua escrita, al desarrollo de la escritura como momento de madurez de las distintas culturas y civilizaciones humanas. Por lo general, la escritura surge en aquellas culturas más viejas en las que la oralidad se ha relegado a un segundo plano.
La literatura escrita por lo general se vale de expresiones lingüísticas más elaboradas codificadas con claridad en la lengua escrita para asegurar su comprensibilidad en el lector.
La literatura escrita también instaura una relación más distante entre escritor y lector, es decir, la posibilidad de la letra escrita prescinde de la presencia real de un narrador que directamente recite los cuentos a los escuchas, sino que estos mismos, en tanto conocedores del código escrito, podían por ellos mismos “leer” lo escrito en el soporte de arcilla, madera, papiro o pergamino.
La creación de la escritura y con ello el origen de la literatura escrita también supuso –como por lo general sucede con el advenimiento de cualquier nueva tecnología– la segregación de aquellos que no conocían la lengua escrita, por lo cual las prácticas de lectura de las mayorías realmente estuvieron condicionadas por la interpretación que imponían aquellos que manejaban el código escrito.
Debido a que las mayorías desconocían el código de la lengua escrita pervive durante muchos siglos la lectura en voz alta y las interpretaciones autorizadas eran regidas y establecidas por el clero, las monarquías, la aristocracia principalmente.*[3]
(*) Características basadas en el texto: Ong, Walter (2006). Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. Tercera reimpresión. Traducción de Angélica Scherp. México. Fondo de Cultura Económica.

‐Prosa (monografía) y verso
El verso y la prosa son formas de expresión literaria; dos maneras en las que se puede manifestar la literatura. Los textos en verso poseen un ritmo marcado y se dividen en pequeñas unidades -los versos- que ocupan líneas distintas. Los textos en prosa no tienen un ritmo especial y se disponen de forma continua, ocupando toda la línea.

La literatura en verso
La literatura compuesta en verso reúne una serie de características que contribuyen a distanciarla notablemente del lenguaje común:

La disposición gráfica y las pausas versales. El poema se escribe en una serie de unidades llamadas versos, cada una de las cuales ocupa una línea independiente. Al final de cada verso hay una pausa, que debe respetarse al leer el poema. A veces la pausa versal no coincide con una pausa morfosintáctica; en estos casos, el verso divide los diversos miembros de un sintagma, rompe una palabra, etc. Es lo que conocemos por encabalgamiento, un fenómeno que puede tener valor expresivo:

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
                                                  Antonio Machado

El ritmo. En la poesía desempeña un papel fundamental el ritmo, la musicalidad. La sensación de ritmo en el verso se basa en la reiteración de diversos elementos que constituyen la métrica del poema. Entre ellos destacan la medida de los versos, el acento y la rima.

La medida de los versos
Con frecuencia, los poetas procuran que los versos de una composición tengan un número de sílabas determinado. La reiteración de ese esquema silábico crea impresión rítmica. Así ocurre, por ejemplo, en el poema «Romance del Duero», en el que, a efectos métricos, todos los versos tienen ocho sílabas:

8 sílabas Tú, - vie-jo - Due-ro, - son-rí-es
8 sílabas en-tre - tus - bar-bas - de - pla-ta,
8 sílabas mo-lien-do - con - tus - ro-man-ces
8 sílabas las - co-se-chas - mal - lo-gra-das.
                                                               "Romance del río Duero", de Gerardo Diego

El acento
La reiteración del acento fónico en las mismas sílabas de los distintos versos crea también una impresión rítmica. Estos dos versos tienen tónicas las sílabas 2.ª y 5.ª y, por tanto, presentan el mismo esquema acentual:
Dejadme llorar
orillas del mar.
                         Luis de Góngora
La rima
Consiste en la reiteración de sonidos al final de dos o más versos. Si esa reiteración afecta a todos los sonidos desde la última vocal tónica del verso, la rima es consonante (sonido, oído); si afecta solo a las vocales y no a las consonantes, la rima es asonante (sonido, amigo).

En el análisis métrico de un poema, se asigna una letra para cada rima distinta. Esta letra es minúscula si el verso tiene ocho o menos sílabas y mayúscula si tiene nueve o más sílabas. Y si algún verso queda sin rimar (versos sueltos), se representa con una raya. Los siguientes versos, por ejemplo, riman en consonante el primero con el tercero y el segundo con el cuarto:

a Juventud, divino tesoro,
b ¡ya te vas para no volver!
a Cuando quiero llorar, no lloro...
b Y a veces lloro sin querer...
                                             Rubén Darío

La creación del verso implica, por lo tanto, una serie de dificultades para el poeta, pues este debe seleccionar las palabras y adaptarlas a unos esquemas formales.[4]

‐El tema de los textos
Los temas de los textos varían, según sean escritos en prosa o en verso.  Los temas en prosa varían de acuerdo a aspecto que desarrollen. Los textos en verso, según la intención del autor,  desarrollan temas épicos o líricos.
La épica es un género literario en el cual el autor presenta de forma objetiva los hechos legendarios, elementos imaginarios y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad o ficticios desarrollados en un tiempo y espacio determinado. El autor usa como forma de expresión habitual la narración, aunque pueden darse también la descripción y el diálogo.[5]
El género lírico es denominado así porque en la antigua Grecia el mismo se cantaba, y era acompañado por un instrumento llamado lira. Su forma más habitual es el verso y la primera persona. Comunica las más íntimas vivencias del hombre, lo subjetivo, los estados anímicos.[6]

‐Cambio de narrador
El autor puede presentar los hechos a través de diversos tipos de narradores. Éstos son los más importantes:
Narración en tercera persona. Hay una tercera persona que es la que cuenta la historia. Se suele distinguir entre narrador omnisciente y narrador testigo. En el primer caso, el narrador lo sabe todo de cada uno de los personajes y juzga sus conductas, sus sentimientos ocultos, etc. En el segundo caso, en cambio, el narrador se limita a describir lo que ve, pero no reflexiona sobre los hechos.

Narración en primera persona. Se emplea la primera persona gramatical. En este caso se produce una identificación entre narrador y protagonista y la narración toma un aspecto autobiográfico y subjetivo. Una variedad especialmente usada en la literatura contemporánea es el monólogo interior. En ella se mezclan las vivencias internas del protagonista con los hechos que las desencadenaron.

‐La narrativa
Narrar es relatar unos hechos protagonizados por unos personajes en un determinado espacio y tiempo. Como señala la definición anterior, la narración es básicamente el relato de los hechos de unos determinados actores en un determinado contexto. Precisamente porque esos hechos se producen en un determinado contexto, resulta difícil que la narración sea pura. Normalmente se combina con una descripción del ambiente o de los personajes que intervienen en la acción. Por otro lado, dado que entre los hechos que se nos narran además de acciones se nos pueden transmitir opiniones, también es frecuente que la narración se combine con el diálogo.


Los elementos de la narración

En la estructura de una narración son fundamentales tres elementos: el narrador, la ordenación de los hechos narrados y de los factores situacionales y los personajes.[7]

Actividad sugerida: redacta pequeños poemas y monografías.


[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura
[2] http://www.enciclopediadetareas.net/2011/03/que-es-la-literatura-oral.html
[3] http://literaturageneralppd.blogspot.com/2011/11/origenes-de-la-literatura-literatura.html
[4] http://www.kalipedia.com/literatura-castellana/tema/teoria-literatura/literatura-verso.html?x=20070
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89pica
[6] http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADrica
[7] http://personal.telefonica.terra.es/web/apuntesasr/AdolfoFuentes/LaNarrativa.htm

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